BEETHOVEN

Habitar los silencios, del inevitable maestro,
rompiendo a gritos la callosa espesura,
bajo una luna de canela...¡Que hermosura!
las notas volanderas, inmortales, ya me presto,
danza palpable, asido en la fémina cintura,
el "Do, Re, Mi", le invita a echar el resto;
carcajadas rotas, de imbécil dudando su cordura...
Impasible, sobrio, majestuoso, viendo el gesto,
el, sigue aderezando sinfonía que ya madura.
Me adentro cual insecto al sueño mudo
hallar refiero,horizontes en lejana epifanía,
ni una sola nota, ¡Nada! El piano crudo,
ébano, marfil, cuerdas... "sin cocer la letanía"
cuan triste de mí, huérfano sin embudo,
cilíndrico camino, al cerebro ¡Que osadía!
espiando esas neuronas monasteriales por "escudo"
este sueño loco, esta vigilia y cobardía...
De quien admira eternamente...¡Beethoven Puro!
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¡ HUMILDE ENSAYO AL GRAN MAESTRO !
Isidoro Gómez González.